Steven Hayes, Linda Hayes y Hayne W. Reese en 1988 utilizaron el trabajo de S. C. Pepper llamado World Hypotheses: A Study in Evidence como núcleo filosófico para adaptarla y sea compatible con el análisis funcional, de esta manera surge el contextualismo funcional. Este libro se dedica al análisis sistemático de diferentes ontologías del siglo XX: formismo, organicismo, mecanismo y contextualismo. Entiéndase ontología como aquella rama de la filosofía que busca explicar qué es lo que puede y qué no puede existir. Cada uno de estos sistemas filosóficos está pensado como una hipótesis del mundo que contiene una “metáfora raíz”, es decir, una experiencia del sentido común que guía la búsqueda del conocimiento. La postura filosófica se mantiene a partir de un conjunto de principios (precisión) y la posibilidad de análisis de una amplia variedad de eventos (alcance). A continuación vamos a intentar describir las cuatro mencionadas, aunque con énfasis en el contextualismo.
Formismo
Su metáfora raíz es el reconocimiento de la similitud, es decir, identificar patrones recurrentes en la manera que se presentan las cosas. Se podría decir que está asociado al trabajo de Aristóteles por su énfasis en la repetición más que en la diferencia, de esta manera los objetos particulares se encontrarían con una clasificación general que los describe de manera a priori. Se trata de construir un conjunto de categorías que atrapen todo objeto conocido y aún sin conocer, axiomas que reduzca lo novedoso a lo familiarizado. En palabras de Wilson, Whiteman y Bordiere: “Si el sistema tiene una categoría para todas las cosas y las cosas para todas las categorías, entonces se considera que el sistema categórico responde con el mundo de cosas y eventos asumido a priori” (2013, pág. 29).
Organicismo
Su metáfora raíz es un todo orgánico dinámico, es decir, considerar el desarrollo de un cuerpo que empieza con una determinada forma, crece y se transforma según un patrón esperado y culmina eventualmente en otra forma inherente a la anterior. Según esta hipótesis del mundo, los patrones de transición de estados o fases y estabilidad son identificables y explicadas a partir de reglas. De tal manera que comprendiendo estas reglas que rigen el desarrollo de una secuencia de eventos se puede explicar el presente y predecir el futuro. En palabras simples, suponen un universo relativamente estable. De tal manera que las contradicciones en el entendimiento se deben al conocimiento incompleto de dicha secuencia de desarrollo. En este sentido, el organicismo tiene que ver con el idealismo de Hegel al enfocarse en el todo y postular la insuficiencia en el análisis en las partes, ya que sólo tienen identidad (significado) con respecto al todo. O sea, no existe la independencia de las partes del todo que constituyen un todo, por ende no existe la posibilidad de una descomposición de los componentes.
Mecanismo
Se trata de una variante sofisticada del formismo y es la posición más hegemónica en la psicología. Su metáfora raíz es la máquina, asume el estatus a priori de las componentes de un todo, pero pasa a construir modelos que implican partes, interacciones y fuerzas que animan a un sistema (Wilson et al., 2013). Según Hughes (2018) dentro del mundo mecanicista la causalidad es concebida como contigua, es decir, a partir de X mecanismo le sigue un Z resultado. En otras palabras, esta hipótesis del mundo representa a la realidad desde la linealidad, tendiendo hacia el reduccionismo de sistemas complejos a partir de identificar unidades básicas lo que permite garantizar la predicción y, por ende, la ilusión de una correspondencia entre la teoría y la realidad.
Contextualismo
La metáfora raíz es el acto en contexto. Estos actos pueden ser cualquier cosa hecha en y con un contexto actual e histórico, se definen a partir de su significado y propósito (función). Los contextos, según Hayes y Brownstein (1986), pueden dirigirse hacia afuera en el espacio para incluir todo el universo (holismo) o retroceder infinitamente en el tiempo para incluir el antecedente más remoto. El contextualismo, como el mecanismo y el organicismo, puede describir relaciones y fuerzas, aunque no supe que lo descrito de las interacciones y sus fuerzas (intensidades) refleje una característica a priori de la realidad, tampoco su desarrollo en el tiempo necesariamente es alcanzar una “forma ideal” (el absoluto hegeliano).
La postura actual del contextualismo no es realista, sino que tiende hacia el idealismo, ya que no se ocupan del “mundo real”, más bien de “análisis verbales que permiten a los investigadores básicos y aplicados, y a profesionales, predecir e influir en el comportamiento de los individuos y los grupos” (De Houwer, Barnes-Holmes y Barnes-Holmes, 2016, pág. 124) Esta posición se podría vincular con el operacionalismo porque pretende decir que no hay más allá del resultado, lo cual es una especie de constructivismo/idealismo (Borsboom, 2003).
Aunque, sostengo que el contextualismo necesariamente en sus intenciones debe de optar por una postura realista, de tal manera que aquellos resultados de predicción y perturbación como intervención es debido a que existe un individuo con una serie de conductas determinadas en un contexto particular, son reales y existen más allá de si se obtiene o no el objetivo a alcanzar.
Hay ciertos autores como Barnes-Holmes (2005) que postulan que es completamente irrelevante indagar sobre la correspondencia entre una teoría científica (scientific statement) y una realidad ontológica. Sin embargo, me parece que la “a-ontología” como indiferencia por preguntarnos por la ontología es lo que nos llevó en gran parte a crear el metamodelo Terapia Basada en Procesos por la carencia y el corto alcance de los modelos explicativos, por la fijación exclusiva hacia los resultados de predicción sin preguntarnos el por qué.
Por último, dado que lo único que interesa es el resultado del objetivo científico al alcanzar la predicción e influencia sobre un individuo con sus conductas, pareciera que entonces el contextualismo es relativista. Según Hughes efectivamente el contextualismo es relativista porque “lo que se considera verdadero difiere de un científico a otro en función de sus respectivos objetivos” (2018, pág. 60). Aunque Maero (2022) diría que no, a través de la evidencia científica se distingue aquellas hipótesis del mundo que permanecen relativamente adecuadas de aquellas otras que se revelan como inadecuadas: “No todas las hipótesis del mundo son equivalentes” (pág. 11)
El argumento que expone Fabián Maero (2022) es el siguiente:
“[World Hypotheses] no es relativista, porque no considera que todos los enunciados son verdaderos, sino que sólo son verdaderos aquellos que son corroborados por la evidencia (evidencia aquí tomada en sentido amplio, no en el sentido más restringido de evidencia científica)” (pág. 12). Sigue en un pie de página: “no debe confundirse una verdad limitada localmente con una posición en la cual todo es igualmente verdadero: la insistencia en la verificación hace que sea la experiencia en último momento lo que determina la verdad de una hipótesis, no las preferencias” (pág. 52).
La distinción que hace Maero me parece clarificador (a excepción de Hughes) donde lo verdadero de una hipótesis es dependiente del contenido material de una localidad que es analizada con la intención de influir y predecir. Se podría decir que la verificación es independiente de nuestras preferencias, por ende el resultado es contingente pero a la vez independiente de nuestro contenido mental. Lo que para mí convoca un realismo al identificar que hay algo afuera que como mínimo puede ser influenciado lo cual permite una posible especulación ontológica, aunque entiendo que no muchos autores concuerden con esto último.
Me gustaría aclarar que “a-ontología” no quiere decir que no tengan ontología, se trata de una postura pragmática donde no se pronuncian en el debate por lo interminable que es. Barnes-Holmes (2014) menciona que no es antirealismo, es no-realismo porque no se va a ocupar sobre si existe un mundo real con sus conductas. A mi juicio la diferencia entre negar la realidad y ser indiferente a ella no están significativamente separadas, es decir, incluso podría pensarlo con la siguiente analogía social: Aquella persona que es indiferente de las problemáticas políticas en el país actualmente, es una persona que niega cierta área de la realidad social en la que vive.
La palabra “a-ontología” es pésima porque lo que tratan de hacer con este concepto es conservar lo inesperado y novedoso de la realidad, lo cual estoy de acuerdo, pero intentan esquivar el esencialismo al no preguntarse por ella más allá del funcionamiento exitoso como vara de la verdad. Por fortuna no todos los contextualismos son así, hay autores que indagan sobre los eventos que ocurren en la realidad, ya sea desde el idealismo o el realismo. Parece obsoleto hacerse estas preguntas, pero, como dije antes, esto es lo que nos llevó a donde estamos como disciplina, no sabemos del todo por qué funcionan algunas cosas y nos hemos quedado únicamente con que las cosas tengan éxito en la predicción e influencia. Como postura pragmática sirve a corto plazo, pero a la larga llegan los problemas.
Es por esta razón que hoy en día me veo movilizado por el trabajo hecho por Manuel DeLanda donde se ocupa de construir una ontología en términos de un mundo abierto, o sea, entender a la naturaleza desde su característica creadora e innovadora, donde todo postulado de esencias, por ende categorías axiomáticas, son intentos de reducir la complejidad a un mero lenguaje formal. Siempre la realidad puede mucho más de lo que nosotros imaginamos.
En conclusión
Lo que propone S. C. Pepper es una sistematización analítica de las cuatro posturas hegemónicas del siglo XX: formismo, organicismo, mecanismo y contextualismo. La que nos interesa especialmente es la última por incorporar el desarrollo contingente de un sistema y el rechazo por la linealidad que propone el mecanicismo y el formismo. Si bien a mi parecer el contextualismo es la posición más adecuada, sigue ofreciendo nuevos debates y preguntas respecto de la realidad entendida ontológicamente.
Esquivar el esencialismo puede ser desde la vía idealista o desde el realismo, este último es más difícil de lograr pero no imposible. La posición “a-ontológica” en términos de indiferencia por parte de Hayes y Barnes-Holmes personalmente me parece estéril a posibles investigaciones cualitativas que pueden ofrecer soluciones y nuevas problemáticas a la actualidad. Mantener la fijeza en el resultado sólo funciona a corto plazo, sin embarga genera problemáticas grandes a largo plazo. Es por esta razón que considero que la posición “a-ontológica” es problemática si la sostenemos a largo plazo. A su vez me parece problemático el autor principal sea uno que no se dedicaba a la metafísica, S. C. Pepper se involucraba en áreas como la estética y el arte.
También me parece erróneo que nos basemos en un análisis sistemático de ontologías de un siglo pasado, hoy en día la filosofía está trayendo innovaciones y nuevas formas de pensar la realidad. Véase el trabajo de Ernesto Castro: Realismo Poscontinental donde exhibe una serie de autores contemporáneos con el propósito de refinar un nuevo realismo o el trabajo de Manuel DeLanda (2024) quien es materialista, por ende realista, un filósofo mexicano que propone una ontología totalmente abierta sin involucrar ningún tipo de entidades trascendentales que esencialicen a la complejidad que habitamos.
Referencias bibliográficas:
- Borsboom D., Mellenbergh G. J., van Heerden J. (2003). The theoretical status of latent variables. Psychological Review, 110(2), 203–219. https://doi.org/10.1037/0033-295X.110.2.203
- De Houwer, J., Barnes-Holmes, Y., & Barnes-Holmes, D. (2016). Riding the waves: A functional-cognitive perspective on the relations among behaviour therapy, cognitive behaviour therapy and acceptance and commitment therapy. International Journal of Psychology, 51(1), 40-44.
- DeLanda, M. (2024). Ciencia intensiva y filosofía virtual. (P. Veas Orellana, S. Constanzo, G. Donoso, A. Maza, & C. S. Ubilla, Trads.) Buenos Aires: Tinta Limón Ediciones / Editorial Hiperstisión.
- Hayes, S. C., & Brownstein, A. J. (1988). Mentalism, behavior-behavior relations, and a behavior-analytic view of the purposes of science. Behavior Analyst, 9(2), 175-190.
- Hayes, S. C., Hayes, L. J., & Reese, H. W. (1988). Finding the philosophical core: A review of Stephen C. Pepper’s World Hypotheses: A Study in Evidence. Journal of the experimental analysis of behavior, 50(1), 97–111. https://doi.org/10.1901/jeab.1988.50-97
- Hughes, S. (2018). Filosofía de la ciencia aplicada a la psicología clínica. En S. C. Hayes & S. G. Hofmann (Eds.), Hacia una terapia basada en procesos-TBP: ciencia y competencias clínicas básicas de la Terapia Cognitivo Conductual. (O. Gamarra, Trads.) 1ª Ed. La Plata: EDULP.
- Maero, F. (2022) El contextualismo: una introducción y traducción. Revista Horacio. Volumen 3. Buenos Aires: Grupo ACT.
- Pepper, S. C. (1942). World hypotheses: A study in evidence. Berkeley: University of California Press.
- Wilson, K. G., Whiteman, K., & Bordieri, M. (2013). The pragmatic truth criterion and values in contextual behavioral science. In S. Dymond and B. Roche (Eds.), Advances in relational frame theory: Research and application (pág. 27-47). Oakland, CA: New Harbinger Publications.